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caracas crítica

¿Vives la Mentira que Puedes Manejar o la que Prefieres Afrontar?

Por: Jerelyn Figueroa


Existe solo un mundo, y ese mundo es falso, cruel, contradictorio, engañoso, absurdo […] Necesitamos, por ende, mentiras para aplacar esta realidad, esta ‘verdad’; necesitamos de ellas para poder vivir […] Que esas mentiras son una necesidad de la vida es parte del carácter problemático y aterrador de la existencia misma. F. Nietzsche


Resulta interesante hablar de la mentira, ya que esta es una característa persistente del ser humano, inclusive se puede llegar a afirmar que, tal como señalan diversos autores e investigadores, esta podría poseer su raíz en las pulsiones básicas de los seres humanos, es decir, forma parte de nosotros. Lo cual de forma constante también ha sido criticado y contrapuesto por otros estudiosos, más aún cuando del ámbito moral hablamos. Este engaño no solo se refleja o se encuentra orientado hacia los demás, sino que también puede ir orientado hacia nosotros mismos, esto resulta ser de especial interés y por ello en la rama de la psicología tantos investigadores han estudiado dicho fenómeno.


El autoengaño puede resultar perjudicial, principalmente para la salud de quien lo practica, mas sin embargo, este resulta darse en un rasgo frecuente entre los individuos. Algunas de las teorías desarrolladas explican que la razón de ser de esta radica en que resulta más sencillo poder mentir o engañar a los demás cuando tú mismo te crees tu propia mentira, tiene sentido ¿no?.


Debido a esto, un grupo de investigadores de varias universidades británicas buscaron poner a prueba dicha hipótesis, a través de la cual pudieron llegar a concluir que las personas que sobrevaloran sus habilidades a la hora de realizar diversas tareas, también resultan sobrevaloradas por las demás personas de su entorno, explican Lamba y Nityananda (2014). Mientras mayor confianza presenta un individuo frente a su actuar, mayor será la confianza depositada por otros hacia su proceder; de forma similar sucede cuando poseemos una percepción o idea negativa de nosotros mismos, también somos evaluados de forma negativa por las persona del entorno, tal como explican los autores de la investigación.

Desde las interacciones menos significativas hasta las más relevantes el autoengaño y las mentiras pueden desempeñar un rol vital en el mundo que vivimos.

Luego del estudio realizado por los autores con alumnos de un mismo salón de clases, estos afirmaron que esta clase de investigación posee implicaciones para una gran diversidad de interacciones sociales como la elección de pareja, decisiones a la hora de relacionarse con el entorno, contrataciones de personal, entre otros. La confianza resulta premiada y reconocida mientras que la falta de la misma resulta penalizada por el entorno. Desde las interacciones menos significativas hasta las más relevantes el autoengaño y las mentiras pueden desempeñar un rol vital en el mundo que vivimos.


El caminante sobre el mar de nubes

En diversas ocasiones la víctima del engaño resulta ser el mismo individuo que la ejecuta. Son cientos los estudios que han evidenciado que los seres humanos poseemos un cierto nivel de dificultad a la hora de evaluar nuestras propias capacidades, como también, desde hace algún tiempo, los investigadores han tratado de definir y comprender qué ventajas puede llegar a ofrecer este rasgo aparentemente negativo, para haber sobrevivido la presión selectiva de la evolución del ser humano, explica Catalán (2004).

Como persona nos creamos máscaras, caretas o muros frente a los demás y frente a la realidad en la cual vivimos, al parecer forma parte de nuestra posición como finitos en la realidad.

Parece ser que como seres humanos nos resulta prácticamente imposible el poder afrontar la realidad a partir de su verdad. El filósofo alemán Friederich Nietzsche (1844-1900) hablaba del Superhombre, el cual sería un espíritu excepcional capaz de hacer frente a las verdades más difíciles de afrontar y aceptar. Tal como la verdad de que no existe un Dios, que la naturaleza no se ocupa del hombre, que el bien y el mal no son más que dos ideas antiguas, que el más allá no pasa de ser una invención del hombre, etc. A diferencia de ese Superhombre, el resto de individuos necesitamos creer en todas esas “mentiras” para no enloquecer, señala Catalán (2004).


Este es uno de los tantos puntos de encuentro entre dos áreas del saber, como lo son la psicología y la filosofía, todo se interrelaciona. Como individuos, cada uno de nosotros busca vivir con la mentira que lo haga feliz, esto puede darse debido a nuestra incapacidad para afrontar la verdad por no ser Superhombres y ser simples mortales; en términos más nietzscheanos, por ser parte de la manada, o debido a que el engaño es la forma óptima de afrontar y adherirnos a la realidad a través del autoengaño con el objetivo de que otros nos crean.


Como personas nos creamos máscaras, caretas o muros frente a los demás y frente a la realidad en la cual vivimos, al parecer forma parte de nuestra posición como seres finitos en la realidad. Vivimos en un constante engaño y autoengaño con el objetivo de que todo lo que vivenciamos sea lo más manejable posible… Lo más relevante de todo esto es el preguntarnos ¿Vivimos la mentira que nosotros elegimos o, en cambio, vivimos la mentira que nos es adherida por nuestra sociedad, cultura, familia, amigo o, más abstractamente del llamado otro? ¿Podemos superar dicho engaño? ¿Podremos algún día llegar a ser ese superhombre nietzscheano?



Referencias:

Catalán, M. (2004). Genealogía de la noble mentira.


Lamba, S. y Nityananda, V. (2014). Self-Deceived Individuals Are Better at Deceiving Others.


 

Jerelyn Figueroa (1997)


Licenciada en Psicología y Estudios Liberales en la Universidad Metropolitana (UNIMET).

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